Día 182

El reflejo

Atrapadas las manos
en notas de silencio,
quedarán eternas
para mis miradas;
un reflejo perenne
en el eco de la noche,
un reflejo capturado
en la fugacidad de lo irreal.

Unas notas acariciando
las cuerdas; se quedarán
entre los sueños y la mirada.

Día 181

La reunión

La reunión de los ausentes,
de los olvidados,
contándose historias de ayer,
historias de miradas cansadas,
de manos y sueños rotos,
de silencios plegados
en los bolsillos;
acércate y escucha sus ecos,
piérdete en su abandono,
déjate petrificar en las voces
del pasado, en las voces
que el viento abraza.

Día 180

El viaje

Se van de viaje,
cansadas en su deambular,
con la fatiga de los sueños rotos,
en un todo riesgo sin destino,
inalcanzables, sin equipaje,
al capricho del viento
que las moldea en las miradas,
huyendo de las manos
a la velocidad de los imposibles.

Día 179

El sueño

Nacidos para la gloria,
donde los sueños
tienen sabor a abandono,
donde los mañanas
serpentean sobre los abismos.

Sandalias rotas
desandando los anhelos,
sueños sin nombre
durmiendo en la ciudad;
nacidos para la gloria.

Girarán las miradas
hacia el bosque urbano
mirando tan sólo
unas flores de primavera.

Día 178

Virutas de papel

Es el tiempo que se deshace
en virutas de papel,
un puñado de sonrisas
y esperas de sueños,
palabras que no se pronunciaron,
manos que dejaron
caer las caricias,
abrazos de viento.

Son virutas entre las miradas
cegadas por el sol,
entre los recuerdos
que se van olvidando;
es el tiempo desecho
en las virutas del ayer,
es el tiempo olvidado
en las virutas de papel.

Día 177

El engaño

Es un engaño en las miradas,
un reflejo suspendido en la noche,
un instante fugaz e irreal.

Apaga la luz, y desaparecerá,
como desaparecen los sueños
en las mañanas, en las manos
que los dejan caer en el olvido.

Enciende la luz, y aparecerá;
una calle solitaria,
una mesa y un jarrón,
un silla mimetizada en la baranda.

Es un reflejo,
¿dentro... fuera?
Es un engaño en la mirada.

Día 176

Puente con reflejo

En el fondo del estanque
se van asomando los reflejos,
curiosos, soñadores,
deseando ser una realidad.

Vendrán unas manos
a enturbiar la imagen,
y en ondas se borrarán
todos los deseos depositados.

Quedará el poso de la soledad,
del olvido, esos restos naufragados
que van llorando las miradas,
que van abandonando los sueños.

Día 175

Cruce de caminos

Cruce de caminos,
pasos sin un destino;
deambular en rectilíneas
con el tiempo en los bolsillos;
unas risas, unas palabras,
unos gestos o unas miradas;
cruce de caminos
en el caminar anónimo,
en el vagabundeo
del tiempo perdido...
cruce de caminos
en mis manos.

Día 174

Malvarrosa Blues

Esto no es un poema,
es el Malvarrosa Blues,
donde se relegan los sueños
en el abandono, en la miseria,
en la podredumbre.

Un Malvarrosa Blues
sin voz, sin música,
sólo el silencio del olvido,
de la marginación,
de la soledad.

El Malvarrosa Blues
de la Copa América,
de la Fórmula 1;
el Malvarrosa Blues
donde no hay miradas
que lluevan esperanzas.

Un Malvarrosa Blues
que no se escucha,
que se esconde tras oropeles;
el Malvarrosa Blues
de "Veles e Vents"
que naufraga en los embarcaderos.

Día 173

El castillo

Castillos sobre la playa
como un sueño en el aire,
resquebrajándose al sol,
de vuelta a la arena...
si no fuera por el agua
que trae sus mareas,
que acerca los naufragios
para no ser soledad,
para no ser silencio
en el amanecer... y en el cielo
las nubes queriendo ser un deseo,
unas pinceladas que el viento aleja
de las manos, de las miradas...
que el viento se lleva
más allá de los anhelos.

Día 172

La collita

Anirem a collir cebes
com si foren somnis;
tria del caixó el teu,
plena les teues mans
de colors, de vida,
les teues mirades de matins,
les teues paraules de veus,
els teues somriures amb l´esperança;
anirem a collir a l´horta
un grapat de futurs...
i, al fons, un tren repartint
en cada estació els desitjos,
al fons, un home collint
els seus paisatges.

Día 171

La chimenea

La chimenea de la vieja fábrica,
como monolito imbatible,
abruma su verticalidad
queriendo ser cielo y nubes;
solitaria, ausente, sólida,
respira todavía su ayer,
resguarda sus voces,
aplaca su calor en la soledad.

Abrázala con tus manos de ciudad,
con tus miradas demudadas en el vacío,
arrima tus sueños de invierno;
la chimenea de la vieja fábrica
todavía humea entre recuerdos,
entre el pasar de las horas.

Día 170

Opuesto semejante

Van jugando las manos
a derramar el cielo
sobre los sueños;
en equilibrio,
el agua reflejará
su opuesto semejante,
su imagen vertida
sobre las miradas;
en equilibrio,
el cielo será de la tierra,
y la tierra será espacio...
donde caminar en el vértice
de la irrealidad, donde soñar
en el límite de lo imposible.

Día 169

El banco

Madrugada y lluvia,
vigilando los sueños;
insomnio y luces,
observando la noche;
nadie en su cobijo,
en su soledad.

No hay sonrisas,
ningún beso,
sólo esperas;
no hay caricias,
ningún deseo,
sólo esperas.

Día 168

El reflejo

El reflejo del ayer
asomando inquieto;
unas miradas felices,
las sonrisas francas,
las manos tiernas...
un reflejo del pasado
olvidado en los años,
en las horas de juegos;
un reflejo del ayer
adornado en flores secas,
en flores del olvido.

Día 167

Contraposición

         Contrapuestos...

caricias___|  |___soledad

sonrisas___|  |___abandono

una voz___|  |___todos los silencios

Miradas y manos

que nunca se sentirán,

miradas y manos

que jamás se encontrarán.

Contraposición...

mirando al olvido.

Día 166

El bebedero

En el bebedero
con forma de hombre
abrevan las palomas;
quizás, espera a ser sus vuelos,
tener su libertad y dejar
de ser piedra, soltar sus raíces
de soledad y asfalto.

Inmóvil, perpetua en su mirada
hacia el cielo que ansía,
sin manos para abrazar,
sin voz en sus labios de agua,
sin nada más que un sueño;
la silueta espera, perenne
con su abrevadero,
a que las palomas beban de ella,
espera a alzar su vuelo
y ser una ave en el cielo,
espera a no ser de piedra
y ser del viento.

Día 165

La gota

Regresa la lluvia
y en una sola gota
se refleja una irrealidad,
una imagen suspendida
en vértigo, a punto
de lloverse en mi mirada;
¿caerá la ciudad?
¿se derrumbará en el suelo
con su frío, entre su soledad?

Una sola gota llorando
su olvido, escapándose
entre las manos; una gota
a merced del tiempo sin destino,
a merced del viento y su abandono.

Día 164

El coche

Memorias del ayer
en un viaje sin prisas;
paisajes que se suceden lentos,
escurriéndose entre las miradas,
colándose en las risas;
viajes sin equipaje,
con sólo un par de sueños,
unos cuantos deseos,
un puñado de amaneceres
por dibujar en las palabras.

Día 163

La pareja

Una pareja de baile,
sombras y silencio;
unas siluetas giran
y danzan abrazadas,
cómplices en sus pasos,
rítmicas, acordes.

En el haz de luz
se van difuminando,
anónimas entre miradas.
Son uno, son dos...
son una pareja de baile
recortándose en los sueños.

Día 162

La ventana

Una silla, un libro...
tras las cortinas
se vislumbra la luz;
adentro, las sombras
de la espera, de las horas
paradas en la piel.

Una silla, un libro...
tras la ventana
se adivina la vida;
adentro, la soledad
que se hace ayer,
un ayer que no termina.

Una silla, un libro...
inventándose historias
que las manos recuerdan,
reposando recuerdos
que las miradas entristecen;
una silla, un libro,
una ventana al olvido.

Día 161

Nubes de viento

Quieren ser nubes
y son sólo marionetas
entre el viento,
quieren ser sueños
y son sólo un intento
entre las miradas,
quieren ser lluvia
y son sólo soledad
en el cielo...
quieren ser lienzo
y son sólo una pincelada
perdida de las manos.

Día 160

La barraca

Intento visualizar el ayer
en la vieja barraca,
las risas flotando libres,
la lluvia en el tejado,
un susurro a medianoche,
un gemido que se escapa
de los labios cómplices,
esa caricia que quedó
olvidada en el aire,
los sueños desparramados
en las manos, en esas miradas
que lloraron sus fracasos.

Una estampa con ecos
del pasado, una vieja barraca
en el olvido, un ayer deteriorado.

Día 159

La paloma

Cuando despierte
de mis palabras rotas,
cuando destierre mi silencio
en las horas y en los vientos;
entonces, alzaré mi vuelo
de la tierra que me ata,
del asfalto que entristece
los paisajes, las miradas;
agitaré mis alas, o mis manos,
y volaré en pos de los sueños,
en busca de un cielo irisado
que seduzca a las mañanas.

Día 158

Stop

Espera... detente,
no puedes pasar,
lleves lluvia o sueños,
traigas alegrías o desesperanza;
párate... está en rojo,
¿no lo ves?
no descargues más fracasos
en mis miradas, en mis manos;
no dibujes tormentas
en mis deseos, en mis silencios;
espera... a que cambie a verde,
a que la voz sea de palabras,
a que las palabras sean versos;
espera... detente,
en el límite de los abismos,
de los vértigos... en el borde
donde los sueños se vuelven ayer,
en la línea donde los deseos
se estrellan en su soledad.

Día 157

Valle hermoso

Valle hermoso...
unas fábricas abandonadas,
desmoronadas en su olvido;
un solar desolado, sin jardines,
sólo podredumbre y basura;
un cielo de hierros, desvaído,
sin pájaros, sin sueños;
una chimenea que dejó su calor
en el frío del ayer, erigida
como esfinge de la soledad;
rastrojos, sequedad, desperdicios
sobre el asfalto, entre las miradas;
... valle hermoso... ¿dónde?

Valle hermoso; sin color,
entre alambradas, rastrillado
en las manos vacías,
sin esperanzas...
... valle hermoso... ¿dónde?

Día 156

El caballo

Desata tu brío,
tu galope:
apostemos una carrera
en el polvo de la ciudad.

Manos que entre bridas
desbocan los sueños;
en tierra queda el caminar,
las miradas, las voces
confundidas en el silencio;
relincha al trote del viento,
acalla el eco del ayer.

Desata tu brío,
tu galope;
apostemos una carrera
en el polvo de la ciudad.

Día 155

La fuente

Cortina de agua en suave
cadencia de sonidos;
se escucha a la mar
soñando su dulzura,
se refleja en el cristalino
alborotado de los sueños;
rítmicas cascadas, eternas
en sus voces... rozan el aire
de la ciudad, acompañan
el andar de una sonrisa.

Día 154

Partitura y guitarra

Partitura y guitarra
soñando con una voz,
con unas manos que acaricien,
que moldeen el aire
para que sea música;
garabateadas notas en lineales
ecos que escuchan mi silencio;
unas cuerdas suspendidas
en armónica arquitectura
rozan suavemente las miradas,
las melodías del ayer;
una cadencia de ritmos
colándose entre la piel
que se mece lánguida
en un susurro de la noche.

Día 153

El viaje

Una fotografía de otra fotografía,
un sueño en un deseo,
un viaje en la mirada;
escaparates despertando
los anhelos, un imposible
entre las manos ávidas;
inalcanzables esos taxis,
esas calles de una babel
moderna, sugerente, caótica;
inalcanzables los paseos
sobre el asfalto de ultramar,
ese deambular vagabundo,
sin rumbo, curioso...
una fotografía de un sueño,
un viaje de cartón-piedra.

Día 152

Bicicleta

Colgadas quedaron las miradas
en el pedaleo del camino;
rueda, sueña, arrastrando
el lastre de la ciudad,
atrapándose las manos
en un manillar sin destino,
enmarañadas las palabras
en los radios del ayer;
rueda, vuela, desmarca
la soledad de las llantas,
un cambio de marchas
soñándose entre el viento,
en el silencio de las horas.