Cinco
Como cinco dedos
que van muriendo
en la lentitud de las horas,
mermadas ya sus puntas
en gangrena pausada;
quedarán las palabras
suspendidas en la voz,
una voz que recita
en silencio, en la soledad...
que recita los sueños
de sus labios muertos,
de su piel marchita.
Las llaves
Cuando las palabras
son mudas, sin eco;
cuando las voces
son silencio, y las miradas
ráfagas en la noche;
cuando se silencian
las manos en el olvido,
y los labios mueren
en las esquinas de las sombras;
cuando se encierran
los versos en la soledad,
y los sueños apenas alumbran;
cuando las llaves no abren...
cuando las llaves se pierden...
La cúpula
Bajo la cúpula,
bajo su luz vidriera,
nada se esconde;
el silencio espera su noche,
la voz, su muerte.
Bajo la cúpula
las palabras son ensueños,
no hay sombras;
el silencio es soledad,
la voz, es olvido.
La farola
Mientras la ciudad duerme
se desangran los sueños,
desparramados en la soledad
que alumbra la farola;
silencio e insomnio,
ayer en las miradas
que mueren en su olvido,
sombras como sierpes
enroscándose en los versos...
mientras la noche duerme
se acallan las voces,
en la piel ajada,
en las manos muertas.
La araña
Ocho patas tiene la araña,
entretejiendo sus telas de araña
a mis palabras, a mis versos.
Un silencio... el de tu mirada;
dos palabras... te necesito;
tres miradas... al abismo;
cuatro sueños... al viento;
cinco soledades... entre mis silencios;
seis desventuras... ayer, hoy y mañana;
siete mares... los de mis naufragios;
ocho mentiras... las de mis manos.
Ocho patas tiene la araña,
entretejiendo sus telas de araña
a mis labios, a mi voz muerta.
La noria
Ni luces ni jazmín;
parada la mañana,
nada sucede...
siempre lo mismo
entre la mirada y el silencio,
nada qué contar
entre las manos y la soledad.
Ni luces ni jazmín;
bullicio, ruido de ciudad,
nada acontece...
el sol, el sol cansado,
el cielo, el cielo enrejado;
nada qué decir,
somos del ayer.
La flor
No me necesitas...
y soy silencio en tu mirada,
ayer en tu olvido.
No me necesitas...
y mis palabras mueren sin eco,
mi voz es del viento.
No me necesitas...
y mis manos marchitan los días.
En una esquina
En una esquina de la ciudad
se va perdiendo la luz...
detrás de muros de soledad,
detrás de pináculos equilibristas
retransmitiendo miradas vacías;
metal, hormigón... la luz
que se apaga entre las manos,
el silencio que se mezcla
entre las palabras...
en una esquina de la ciudad
se van desangrando los sueños.
La lucha
La lucha...
del silencio sobre la voz,
de las palabras que se vencen
en las manos sin mañanas;
se hacen apuestas...
a la izquierda, los sueños;
a la derecha, noches sin luna...
a la izquierda, las miradas;
a la derecha, el olvido...
se hacen apuestas
entre el silencio y las manos,
entre la voz y las palabras.
La bicicleta
Ya perdió su camino
anclada al asfalto,
cansada de su pedaleo,
de lo angosto de...
una sonrisa,
una mirada,
un sueño.
Ya perdió su norte
zarandeada en la soledad,
relegada a ser decoración,
escaparate de su silencio,
recipiente de la nada
que se esfuma en su forja...
forjada en manos inútiles,
sin voces en el viento,
sin caricias en el ayer.
La noria
Luz y jazmín;
saturados los colores,
las manos, las miradas;
noche y algarabía,
cuenta cuántas vueltas,
¿cuántas vueltas cuentas?
Noche iluminada de jazmín
donde se voltean los sueños,
se alcanza la luna,
se derraman sonrisas...
mi mirada fija,
mis manos quietas...
mi silencio impregnado
de jazmín... de noche.
Círculo de luz
Entra en el círculo de luz,
lo demás, no importa,
es noche, es soledad,
es el sin sueño de la ciudad;
es una farola que se desangra
en las miradas, en las esperas;
es el círculo de luz
que envuelve el eco de una voz,
que atrapa la libertad
en cadenas demasiado cortas;
entra en el círculo de luz
y duerme... es noche sin luna,
es nocturno de silencio,
es paseo sin camino.
El banco
El banco de las esperas;
esperar a decir "te quiero"
de los labios ocultos...
y que no se lleve el viento
el eco de las caricias.
Esperar las miradas,
las voces, el silencio...
esperar.
El verano
El verano... brisa en las orillas,
anchas playas, suave arena,
azul mar; hamacas al sol,
treinta y cuatro a la sombra,
bronceador y toalla,
"margaritas" en el bañador.
El verano...
dime dónde las playas
para recalar los versos,
dónde la brisa
para airear las palabras,
dónde el azul mar
para la sombra del silencio;
la desnudez de las manos
bronceándose al sol,
la desnudez de la voz
bañándose en el viento.
Cuaderno de lluvias
Cuaderno de lluvias
donde guardar voces,
silencios y piel;
donde decir "te necesito"
que callan las manos;
donde escribir
los sueños de los versos.
Cuaderno de lluvias
para días destemplados
y miradas otoño;
para noches soledad
y sueños muertos;
para sonrisas perdidas
y versos oscuros.
Cuaderno de lluvias
donde esconder tiempos,
relojes y años;
donde gritar "te necesito"
que gritan las miradas;
donde reflejar
las palabras y sus silencios.
Luna
Quiebros en la noche,
en el silencio;
se parte la luna
en las miradas...
luna de ciudad,
sin magia;
luna de soledad,
sin sueños...
quiebros en las manos,
sin palabras;
quiebros en la voz,
sin caricias.
El tiempo
El reflejo del tiempo detenido
en un compás de espera...
de las manos, de las miradas,
de los silencios de la voz,
de las palabras que llegan tarde;
un reflejo de horas paradas
entre sombras y luz;
luz que se vence en la noche,
sombras que duermen en la piel.
No se escucha el tic-tac...
es el reflejo del tiempo detenido,
sin horas, sin minutos, sin segundos;
saetas varadas en el viento
que azota la soledad,
saetas naufragadas en el mar
que olvida los sueños.
Las estatuas
Estáticas, inmunes
en su desnudez,
resbalan miradas,
palabras, deseos
sobre su cuerpo;
piel moldeada por las manos,
por las voces, por el pasado;
rostros desfigurados
en figuras de agua,
silencios eternos
en figuras de ayer.
La rueda
A través de...
los caminos no andados,
las miradas no vistas,
las voces siempre calladas;
a través de...
los cielos empañados,
las manos muertas,
las palabras tristeza;
a través de...
ruedas estáticas,
pedaleos sin destino...
cansancio y silencios.
Perlas
Perlas... sueños,
perfumes naranjas
en rojo sangre;
sueños... perlas,
irisadas en contraluz...
se difuminan los aromas
en la soledad de la ciudad,
se escapan los colores
en las manos calladas...
perlas... sueños,
sangran las palabras
en versos de silencio,
sangran las miradas
en voces mudas.
El teléfono
Una llamada de infancias,
de sonrisas y juegos,
de inocentes miradas;
una llamada de recuerdos
sobre las manos,
de sabor a chocolate,
de tardes de verano;
una llamada de siestas,
de sueños en la voz,
de escondites y pilla-pilla...
Una llamada desde el pasado
que llega tarde, sin destino,
a cobro no revertido.
Flor
Volteo mis sueños
tras el silencio,
caídos en su soledad;
volteo mis palabras
en mis versos,
en mis manos ociosas,
en mis labios cerrados;
volteo mis miradas
en arco iris fantasmas...
soy tan sólo flor que mira al suelo
con la timidez en sus pétalos,
pétalos frágiles, pétalos
que abrazan al abismo.
Propósitos
Propósitos de manos y miradas
en un viaje al ayer,
escribiendo en fotografías
de revelados de miradas,
mirando en objetivos
de páginas en blanco;
imágenes, palabras, fotografías
y versos ocupando espacios,
sueños, mañanas, las horas
y los caminos, cubriendo
la piel con una caricia,
rozando las manos
con las voces dormidas.
El espejo
Guardo unas sonrisas
en reflejos del ayer,
tantas miradas
de ida y vuelta;
guardo unos sueños
al lado de las memorias,
coquetos, perennes
en el pasado...
y, cada vez que me miras,
te veo en el antaño
de las voces que callo,
que guardo en reflejos
de ida y vuelta del ayer,
que guardo en tus sonrisas
rememorando lo que fue.
Sueño eterno
Sueños marmóreos
para la eternidad...
mis sueños de Ícaro
se funden en las horas;
sueños marmóreos
en las miradas cegadas...
mis miradas de Ícaro
se incendian en las sombras,
en el silencio eterno...
quietud en la penumbra
de un sueño sin nombre,
quietud en mis manos
de sueños dormidos.
El patio
Qué misterios tras la reja
esconden las miradas;
memorias agarrotadas en el ayer,
forjadas en caricias lascivas,
en besos robados al aire,
en susurros que el silencio desea.
Qué secretos juegan entre baldosas,
caprichosos, en algarabía entre ecos,
enredados en las manos que fueron,
en las voces que soñaron...
misterios y secretos entre sombras,
vidas encarceladas sin nombre.
Cañón
Todo oscuridad en pos de esa luz
que huye, que se esconde
tras una palabra esquiva;
las voces van acomodándose
en lo impenetrable, en ese silencio
que oscurece a las manos,
que encuadra las miradas
en redondeles sin sueños...
un sueño... disparado al aire,
apuntando a discreción
entre las noches y las mañanas,
entre la voz y su silencio,
entre las manos y sus versos...
un sueño... en la mira de la piel
que busca la caricia de la luz,
que busca el roce de los sentidos.
La puerta
Donde se esconden los secretos
de los sueños y la noche,
va despuntando el día,
iluminando rincones y memorias,
dando paso a los recuerdos viajeros;
entra, y estarás en el paraíso,
serás ayer en el silencio,
serás pasado en tus miradas...
allí, tras la puerta, convive
la pasión de tus manos,
de tus palabras, de tus versos...
y quedarán los ecos de la voz
mezclándose en la tierra,
enredados en los recuerdos.
Trampa mortal
En una trampa mortal
caen los desesperados;
esperarán en su agonía
su último silencio,
acallarán sus voces
en el estertor de la muerte,
olvidarán sus sueños
en el pataleo de la soledad...
porque es soledad la muerte,
soledad la espera entre
la mañana y la noche,
soledad el camino sin vuelos,
sin cielos en azul...
en una trampa mortal
pasan lentos los minutos
en una danza de muerte,
en una danza de soledad.
Atrapada
Vivo atrapada,
inmóvil mi voz,
en cárcel mis manos,
solidificado mi silencio;
vivo atrapada,
en lo ambiguo del tiempo,
en un eterno instante
que acontece sin prisa,
sin memoria, sin retorno;
vivo atrapada,
en fugaz pensamiento
que se olvida de su sueño,
que no recuerda... vivo
atrapada, intangible
mi mirada, inaccesible.
Despuntando
Despunta la mañana
en un atisbo de luz irisada,
cegando las sombras,
amilanando los miedos;
despuntan los sueños
en una amanecida tardía,
clareando los verdes,
recortando los azules;
y una mirada cegada
vislumbrará un haz de luz
entre los silencios,
entre las voces calladas
que brotan de las manos.
