Las palomas
Qué hacer con mis pasos,
mis caminos perdidos,
mis cielos negros;
dónde estar si es silencio,
si es callada la mañana,
si enmudece la mirada;
al paso, un revuelo...
donde partirán los instantes
para no regresar en su olvido,
donde partirán los sueños
envueltos en celofanes rotos.
Pies
Esperas de lo que fue,
oteando los naufragios
en las orillas desiertas;
pleamar del olvido
en mojados poemas,
desfigurándose en silencios,
en callados versos
mientras las miradas
se pierden en las mareas...
ya no regresarán las gaviotas,
ni las estrellas de mar
lloviéndose en los firmamentos;
ya no regresará el ayer,
lo que fue y naufragó
en la arena de un reloj
sin horas ni sueños.
Espadas
"Si no la besas, no pasas"...
desenvainadas las espadas
en un ensayo de amor;
al repique de campanas
se abrirán las puertas...
y se alzarán las miradas
en un tunel de acero,
en una lluvia de pétalos...
... desenvainadas las palabras
de sus manos enguantadas,
las que las encarcelan,
en donde mueren...
... desenvainadas las miradas
de sus paisajes aciagos,
los que las marchitan,
en donde enmudecen...
... envainadas las voces
en sus lenguas de olvido,
en donde callan,
en donde todo es silencio.
El pato
Batir de alas
partiendo el silencio
en vuelos concéntricos;
quedaron expandidas las miradas,
alejándose, acercándose...
mientras, las manos
buscan su voz en el olvido;
mientras, los sueños
se reflejan un instante...
el instante desnudo del otoño,
de las palabras... del hoy
demudado en el ayer.
Farolas
Farolas apagadas entre cielo y nubes...
entre mis manos que encienden poemas
en el silencio de la voz,
entre mis palabras que alumbran
los sueños de las miradas...
pero todo es mentira,
es ensueño del caminar,
es fantasía en el iris...
es oscuridad en el vacío,
es instante en el ayer.
Burbujas
Serán mis palabras como burbujas;
nacer, explotar y morir;
nacer... entre la voz rota,
explotar... entre los versos,
morir... en el silencio.
Burbujas flotando
en el vacío de las manos
que se desvanecen en el olvido,
burbujas cosquilleando
caprichosas los paisajes oscuros...
burbujas, palabras;
nacer, morir;
romperse en la nada,
ser del silencio.
El caracol
Buscando mares perdidos
en la soledad de la ciudad;
quedaron desecados
y nacarados los sueños,
en exposición y venta
de las miradas ajenas...
buscando orillas y arenas
en las aguas amanteladas;
quedaron en silencio
y en la quietud los deseos,
en escaparate de neón
del atardecer del otoño.
Cuchillas
En el filo,
donde se rebanan los sueños,
donde se trituran las esperanzas;
en el filo,
donde se acuchillan las palabras,
donde se muelen las miradas...
en el filo,
en el silencio cortante,
en el vacío que gira.
Tiovivo
Vueltas y vueltas
en galopes abortados;
desbocados silencios
amarrados al vacío,
el vacío de su soledad...
no trotan,
sólo miran el abismo
de sus huellas perdidas.
Clase de baile
Bailando en la oscuridad;
un, dos, tres, cuatro...
contraluz al son de la música;
una sonrisa, un gesto,
te abrazo, te miro,
un giro, un paso.
Bailando en la oscuridad;
un, dos, tres, cuatro...
siluetas recortadas;
una mirada, un silencio,
una vuelta, un quiebro...
me abrazas, me miras.
La vela
Trémula,
frágil entre mis manos
que abrazan sus silencios,
alumbrando voces rotas,
reflejándose en su olvido;
luz de vela,
luz de miradas,
luz en soledad.
La pasarela
Camino sin principio ni final,
sólo andar hasta desfallecer,
hasta que los calendarios queden deshojados,
hasta que los relojes queden mudos;
caminar hasta que el viento borre las huellas,
caminar hasta que el mar se lleve el silencio;
andar hasta que la arena cubra las miradas,
andar hasta que la playa sea olvido...
camino sin principio ni final,
andar hasta desfallecer.
Atardecer
En otro atardecer de la mirada;
distintas nubes, el mismo cielo,
las mismas palabras...
una y otra vez repetidas.
No daban lluvias...
pero, llueve;
una lluvia mansa, fría,
calando en el olvido
de mis poemas.
No daban lluvias...
pero, llueve;
una lluvia de septiembre
en mis manos,
en sus paisajes de otoño...
y no es otoño en los calendarios.
No, no daban lluvias
en otro atardecer desde mi mirada;
con desiguales versos, sin medida,
sin rima... olvidándose en la lluvia,
abandonados y repetidos en el silencio.
La pluma
Tanta fragilidad en un momento,
en un instante de la mirada;
fragilidad de un vuelo caído.
Fragilidad y silencio,
reflejos de sueños;
tanta fragilidad en espera...
... esperar al susurro del viento.
En el campo
Rastrillando lo que fue,
lo que quedó dormido
en el olvido del tiempo...
unas palabras,
una lluvia,
un silencio,
una mirada,
el paisaje de unas manos
que atardece en la soledad.
En la playa
Recortada mirada
en un recuadro de arena,
de mar en caída libre;
¿dónde irá a desaguar sus sueños?
Siluetas y figurantes en escena,
emborronados, sin nombre;
voces y risas para mis manos,
un rompeolas en mi silencio.
Unos pasos y un sombrero,
en la brisa, en la pasarela...
de mar y arena,
de recortada mirada.
Posos de té
Té de media tarde...
donde en cada sorbo
van quedando mis palabras,
estratos en olvido cíclico
de mis manos, circunvalados
en un tiovivo de silencios.
Olvidaré mis versos
en el poso del tiempo,
en las sin horas de mi memoria,
en los minutos que tarda
un paisaje de mi mirada
en abandonarse en el vacío.
Mar o lago
En un mar dulce,
en un lago salado;
en un mar ocre,
en un lago azul;
en un jardín de arena,
en una ciudad sin orillas;
en un jardín sin fondo,
en una ciudad de abismo...
en una mirada ciega,
en una voz muda...
en unas manos de lluvia,
en unos labios ajados...
en un poema de silencios,
en unos versos callados.
Cantos rodados
Caramelos, pastillas,
piedras, cristales,
cantos rodados de ciudad;
un puñado de sueños
para decorar una casa,
sueños dejados en el fondo
de un jarrón... en la transparencia
oscura de una mirada de olvido.
Fauces
Lamento y muerte.
Viento:
- Lamentarse es de frágiles.
León:
- Lamentarse es de vencidos,
y vencerse es la muerte...
y aunque el lamento y la derrota
me van matando por dentro,
la muerte nunca llega...
porque soy eternidad pétrea
en el abandono,
porque soy fragilidad perenne
en mi soledad.
Lamento y muerte.
Los caramelos
Para las palabras amargas,
las del silencio,
las de los paisajes rotos
o las voces enmudadas,
las de las manos ajadas,
las de las miradas perdidas,
las del ayer olvidado
y lo que fue y ya no es,
las de la memoria petrificada...
las de los mares naufragados,
las del otoño, las del viento
que azota los sueños...
las de los poemas derramándose
en los mismos versos.
Mirada
Tu mirada,
tu silencio...
tu eternidad;
mis miradas,
mis silencios...
mis palabras sin voz.
Atardecer
Cielo de septiembre,
ígneo en mi mirada,
incombustible en el silencio,
transido de dolor
en la quietud de mis manos;
cielo de septiembre
en un atardecer de ciudad,
donde nadie observa,
donde será oscuridad
en una noche sin sueños.
La pintora
De tus manos pintoras,
de mis manos poetas;
un paisaje,
unas palabras;
unos trazos a carboncillo,
unos versos en silencio.
De tu mirada de ensueño,
de mi mirada cautiva;
un dibujo,
un poema;
esbozos en blanco y negro,
retazos en la memoria.
Saltamontes
Perdido en el asfalto,
cansado,
a la espera de las ilusiones
que expulsen su soledad,
su abandono.
Un salto a la gloria
de los olvidos... para caer
en un abismo de hormigón;
no te muevas, mimetiza
y serás pisoteado;
salta, mimetiza tu silencio
y serás sombra.
Perdido... cansado... abandonado.
Timbre
Mudo... como las palabras
atrapadas en la boca.
En silencio... como las voces
despechadas en su dolor.
En el olvido... como los recuerdos
despedazados en la memoria.
Insonoro... como los gritos
de unas manos infértiles.
La mirada
Desde la última lluvia
que atrapó mi mirada,
desde el último silencio
irisado en mis ojos,
desde el último desnudo
de mis palabras y mi voz...
te observo, me miras
y callas... y callo mis paisajes,
el dolor de mis manos,
callo los olvidos,
los sueños desprendidos
de mi último verso...
desde la última lluvia
que atrapó mi mirada.
Vías
Otras vías,
trenes,
destinos;
el mismo silencio,
manos,
palabras.
Cruce de incógnitas
en mañanas inciertos;
preguntas sin voces,
respuestas de olvidos.
Las hojas
Es el anuncio del otoño
que asoma sus miradas
desnudándose sin pudor,
el viento azorado
dejándose en el silencio
las voces muertas,
ese temblor en las manos
repiqueteándose monótono
en sus palabras...
quizás sea tan sólo la caída
de unos sueños sobre el estanque
que olvidados van perdiendo
su aliento, enajenados en la soledad.
Césped
Palabras enredadas,
enmarañadas en la voz;
mar de césped,
mar sin olas.
Palabras prometidas,
soñadas entre las manos;
mar de césped,
mar de naufragios.
