Día 62

Café para dos

Café para dos
entre el invierno;
unas manos entrelazadas
removiendo azúcares
para los sueños.

Café para dos
y un trozo de tarta;
cuéntame qué tal tu día,
yo te dibujaré nuestras noches.

Día 61

Enamorados

Los dos con un amor
sin nombre, sin fecha,
anónimos entre la gente,
indiferentes a las miradas.

Dame tu mano, apoyo
mi hombro, susúrrame
palabras que no se lleve el viento,
que no se pierdan en el olvido;
cuéntame tus secretos,
yo te diré lo que pienso,
lo que mis labios desean,
lo que mis manos sueñan.

Dos en un banco, ajenos,
tranquilos, subyugados
en las caricias, entrelazados
sus paisajes, sus mañanas.

Día 60

Autorretrato

Me miro;
soy un reflejo en el espejo,
una imagen incorpórea
de mis miradas, de mis manos,
de mis sueños, de mis voces,
de mis palabras... soy un reflejo
escondido tras el viento,
la caída de una hoja de otoño,
un paisaje dibujado en la niebla,
un olvido entre mis silencios.

Me miro, me miran
y sólo se ven mis voces rotas,
mis manos viejas,
mis palabras gastadas,
mis sueños baldíos,
mis miradas inconexas... soy un ayer,
un pasado, un horizonte olvidado,
un silencio, una lluvia sin tormenta,
un naufragio entre la marea,
un mañana relegado en la sombra.

Día 59

La cancela

Abre, entra;
ya nada es como ayer,
nada de lo que fue.

Abre, entra;
olvida el pasado,
quedó en su olvido.

Abre, entra... cierra.

Día 58

Ball regional

Un ball en la plaça;
sona la dolçaina i el tabalet,
tradició al migdia;
sonen les castanyoles,
una volta, un somriure,
alça els braços, avança la cama,
altra volta i torna a començar.

Un ball del passat en el meu present;
no perdes el pas i seguix la música,
no perdes a la teua parella
i seguix la seua mirada.

Día 57

Arco Iris

Falso arco iris
como los falsos sueños
en una falsa fuente
que quiere ser mar.

Saturados los colores
entre manos y miradas,
entre reflejos del viento
en un trozo de deseo.

Todo falso en una ciudad
que muerde con soledad,
que te abraza en falsas mañanas
pintadas de esperanzas.

Día 56

Juegos de azar

Una partida de invierno
entre fichas y cartas;
apuesto palabras y voces
a que llegarán los sueños.

Un envite entre manos,
memorias y olvidos;
jugaré una mano de versos
entre silencios y esperanzas.

Día 55

Escaparate natural

No hay nada de qué hablar,
nada qué decir.
Se vendieron las palabras;
los labios quedaron mudos,
agazapados en el silencio.
¿A cuánto la estrofa de la soledad?

Día 54

El viento

Viento que azota,
que vapulea,
que arrastra todos
los sueños, todos
los anhelos, todos
los deseos.

Viento sobre las miradas
que alejan los paisajes,
sobre las manos
que no alcanzan,
que no abrazan.

Viento, y sólo viento
que empuja los recuerdos
al rincón de los olvidos;
viento, y sólo viento
que asola la memoria.

Día 53

Bolardos

En una calle cualquiera
en un día anónimo
transitan los recuerdos
para anclarse en las memorias;
echaré mis cadenas
en naufragios de tierra,
amarraré la soledad
en mi piel, en las miradas
que pasean sin rumbo,
en las voces que quedan
en el silencio de las manos.

Día 52

Paseos

Quedarán huellas y caminos
persiguiendo el infinito,
unos sueños que se pasean
en busca de sus dueños,
unas caricias suspirando
unas manos, una piel.

Fragilidad de un momento,
de una mirada en silencio;
el viento traerá el olvido,
otro paisaje, otra imagen.

Día 51

Las manos

Manos cómplices,
serenas, que sostienen
con fuerza para no caer;
una vuelta, y otra;
un giro, y una mirada;
un paso, y otro...
y las manos que sobrevuelan
los sueños y mañanas,
las manos que dibujan
los horizontes, los destinos;
las manos que son silencio
en un gesto, que son como
palabras nunca pronunciadas,
nunca olvidadas.

Día 50

Ruinas

Alienadas memorias
suspiran sus pasados,
en formación sus voces calladas,
disciplinados sus silencios,
resguardadas sus huellas,
delatadas sus soledades.

En línea quedan las miradas
de mi presente, evocando
otros paisajes, otros horizontes;
escucho su historia, rememoro
unas vidas desconocidas...
son ruinas en reposo, sin olvido.

Día 49

Despertares

Despierta el día
teñido de color;
atrás quedó el insomnio,
el duermevela de las miradas
en busca de sus sueños,
olvidada quedará la noche
dormida ya en su silencio...
naranjas y azules,
una pincelada de violeta
pintando la oscuridad.

Día 48

La plaza

Hoy el tiempo se detuvo
en mis retinas de antaño,
pincelándose un tiempo pasado
entre mis sueños del presente.

Mis manos vuelan detenidas
en sus palabras, en sus aromas;
mis miradas recrean espacios
recordados de la infancia...
paseos de domingo por la ciudad,
historias a media tarde,
un croissant, un chocolate,
unas sonrisas, unos abrazos.

Día 47

Haiku

Flores de ciudad,
primavera nacida
entre miradas.

Día 46

París

No hay motivo, no se parece,
pero hoy mis miradas
volaron hacia París;
barrio de Montmartre,
escaleras interminables
y gorriones alborotados
paseando hacia Sacré-Coeur,
la brisa que nos trae
músicas de tiovivo,
pinceladas de color
en lienzos sobre el cielo...
ventanas abiertas con flores,
calles llenas de gente,
aromas a croissants, crêpes,
vosotros, yo.

Esto no es un poema,
tan sólo un retazo de mi memoria.

Un restaurante italiano
en Valencia,
¿dónde está París?

Día 45

El espejo

¿Es un reflejo o la realidad?
Instantánea fugaz
entre miradas de ciudad,
una imagen entrevista
con el deambular de mis pasos;
me paro, observo, capturo...
un reflejo perpetuo
que durará un instante,
una realidad caduca
que terminará en el olvido.

Día 44

Tuberías

Entrañas de ciudad
que van escondiendo ecos;
mira a través de ellas
en su infinito tentáculo.
A lo lejos, enmarcados
quedarán los mañanas
sin sus horas, sin las voces,
tan sólo un largo túnel
buscando una luz esquiva.
No alcanzan las manos
el final de las palabras,
no llegan las miradas
en los horizontes olvidados.

Día 43

Andenes y trenes

A contraluz
siluetas y objetos;
parte el tren,
quizás, con viajeros
sin ningún mañana;
puede que con sueños
en sus miradas.

Se apresuran los pasos,
se inquieta el andén;
sobre sus baldosas
huellas desdibujadas,
caminos invisibles,
ecos de voces y risas...
silencios de una estación.

Día 42

Podredumbre

PODREDUMBRE de unas manos,
Oscuras y en silencio,
Desamparadas en su olvido,
Repudiadas, vapuleadas,
Escondiendo sus tristezas,
Dóciles y calladas;
Uno, dos, tres... siete
Miserias guardadas entre
Bidones abandonados y
Restos inservibles que entre
Escombros acumula la soledad.

Poemas, palabras, voces,
miradas, caricias, manos;
todo va muriendo
entre el polvo y el olvido.

Día 41

Puente

No hay camino que se vislumbre,
sólo un infinito sin destino,
sólo un andar vagabundo,
sólo la soledad de compañera.

Atrapados los pasos en el silencio
recorrerán sin anhelos el puente;
no saben que hay más allá,
ignoran el mañana de sus ecos.

Día 40

Embarcadero

Entre mar y gaviotas,
esperando un destino
para mis miradas;
allende de los mares
volaré entre el sol,
a ras de las olas,
buscando otros puertos,
otros sueños para mis manos,
otras palabras para mis versos.

En el solitario muelle
se mecen las mañanas
a la espera de sus dueños,
de los navegantes que leven anclas
de la tierra y de la ciudad,
de su soledad, olvidando
naufragios de cristal y cemento.

Día 39

La escalera

Destellos de un sol de invierno,
pálido entre hierro y cemento,
helado para las miradas,
para las manos enguantadas
de soledad en los bolsillos;
una escalera que asciende
al infinito del cielo y que
no encuentra su destino,
sin refugio para su cansancio,
sin remanso para sus pasos...
destellos en una escalera
que olvida los caminos,
sus gentes, sus sueños.

Día 38

La ventana

Reflejado quedará,
subsistiendo la luz fugaz
entre los cristales rotos;
no te asomes, no mires,
no sabes qué soledades acechan,
ignoras los pasados, las voces
que pululan entre los silencios.

Cortan el viento,
quizás, tus venas
de transeúnte anónimo;
estos cristales, esta ventana,
testigos mudos de las horas,
de un tiempo olvidado,
de un amanecer sin esperanza.

Día 37

Copa y anillo

Mano que domina al mundo;
cae la fortuna enroscada
dibujando un amanecer,
cristalino, dorado, soñado,
donde no existen tormentas.

Paisaje ámbar sobre negro,
deseos infinitos en cascada
de burbujas y caricias.

Mano que domina al mundo,
un mundo de cautivas miradas
en el reflejo irisado de los sueños.

Día 36

Escaleras

Alzaré miradas y brazos
para alcanzar el cielo,
ascendiendo mis palabras
en pos de sus poemas,
mis voces tras sus sueños;
mis paisajes dejarán
sus raíces para ser mañanas,
para ser destino en mis manos.

Día 35

En el puerto

En el puerto se acuna
el sol en un reflejo;
vuelos de gaviotas a ras de mar,
gritos que rompen el silencio,
zambullidas con su recompensa.

Qué barco atracará
mecido por el viento,
con gentes anónimas,
con sueños aún no naufragados,
con mañanas dibujadas en sus miradas.

En el puerto quedan
olvidadas las ciudades;
tan sólo un reflejo de sol
guiando los caminos,
tan sólo un vuelo de gaviota
como vigía en las tormentas.

Día 34

La fuente

Fuente de los sueños;
en cada gota caída
se esparcen los deseos,
cada anhelo que las manos
atrapan para su inspiración,
cada empeño que las miradas
recogen para sus paisajes.

Fuente de agua en un jardín anónimo
que derrama su cristalina gota;
mi pasado quedará suspendido
a la espera de su olvido...
para comenzar en un horizonte
de mañanas transparentes.

Día 33

Contraluz

Cielo y nubes a contraluz
en un paisaje difuminado,
pintado en azul y ocres,
un engaño para los ojos;
un instante capturado atemporal,
sin hora para las manos ociosas.

Pasan las nubes
arrastradas por el viento,
cambiando sus siluetas,
reavivando las miradas
que juegan con los sueños,
sin ningún dueño y destino.

Día 32

Sin rostro

Rostros ocultos;
sin sonrisas,
sin miradas,
sin pasado,
sin destino.

Rostros sin nombre;
sin memoria,
sin palabras,
sin mañanas,
sin horizontes.