La ventana
Reflejado quedará,
subsistiendo la luz fugaz
entre los cristales rotos;
no te asomes, no mires,
no sabes qué soledades acechan,
ignoras los pasados, las voces
que pululan entre los silencios.
Cortan el viento,
quizás, tus venas
de transeúnte anónimo;
estos cristales, esta ventana,
testigos mudos de las horas,
de un tiempo olvidado,
de un amanecer sin esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario