El lago
Ayer, la soledad de la mar.
Hoy, la calma del lago.
Salada o dulce, siempre agua,
siempre azul... siempre en silencio
trayendo a las orillas los naufragios.
Playas de artificio
armónicas en la ciudad;
mar falso soñando con su sed.
Y tres piedras lamiendo su abandono;
como una caricia abortada,
como una palabra muda,
como una mirada al olvido.
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