La fuente
Escupe tu fuego frío
en tu silencio sonoro,
irreverente, continuo
y monótono, tan cansino
como una palabra
atorada en los labios,
tan aburrido como unas manos
abrazando el olvido;
escupe entre miradas heladas,
pétreas y forjadas en la soledad;
escupe tu cantarina melodía
de mojadas esperanzas.
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