La oca
En el vuelo de la oca
sueño porque me toca;
despertares al ras del agua
donde palpitan las horas,
los instantes desgranados
en los relojes de arena.
Alzando la mirada
por encima del olvido,
y atrás quedará el silencio,
la melancolía de las manos
abandonadas en el otoño;
atrás quedarán los paisajes
de la piel fenecida,
del cuerpo entumecido.
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