Día 151

Esperas

Esperas bajo la lluvia,
una lluvia perenne,
racheada de viento,
inclemente;
esperas donde nadie
aguarda a nadie,
donde nada es lluvia
y lluvia es soledad;
esperas donde las horas
olvidaron su cita,
donde nada es frío
y frío es el olvido.

Día 150

Gotas en el estanque

Gotas de lluvia
en el estanque,
gotas que al caer
derraman sus sueños,
gotas que buscan
las orillas de lo eterno,
gotas que desaparecen,
que se unen en el agua
y son sólo un mar sin sed,
un mar encarcelado
en la ciudad, un mar
sin arena, un mar solitario
sin mareas, un mar sin ecos,
sin deseos, sin amanecer.

Día 149

Lluvia

Un paseo nocturno sin luna,
con la lluvia mojándote,
sin importarte nada más
que el andar de los sueños...


... cuando las callen duermen
y el silencio es lluvia,
donde se cobijan los deseos
en reflejos en ocre,
en charcos transparentes
en la noche oscura;
donde las huellas se impresionan
momentáneas en las miradas,
cuando la voz se silencia
intimidada por la soledad
de las horas, de un tiempo
que ya es ayer en las manos...

Un paseo nocturno
en el silencio de una ciudad
viva, que transpira su soledad
en la lluvia caída.

Día 148

El espejo

Apenas un reflejo de las manos,
impresionadas, cautivas
entre la lluvia, en lo irreal;
apenas una mirada entre brumas,
capturada en un sueño,
entrevista en una palabra sin voz;
apenas un silencio abrazado,
acariciando la mañana,
fría, lluviosa... empañada
en el ayer, en el hoy.

Día 147

Después de la lluvia

Después de la lluvia
queda una imagen,
un reflejo coloreado
en las miradas;
detrás de la lluvia
queda un sueño,
en blanco y negro
entre las manos.

Reflejos en charcos
de ciudad, de asfalto,
pisoteados en un descuido
del caminar solitario;
reflejos de luces apagadas,
de nubes fantasmas,
de vidas anónimas.

Un reflejo de lluvia
en el ayer del hoy;
un reflejo de lluvia
en el silencio.

Día 146

Corredor

Corredor de fondo
en una carrera de ciudad;
entrena tu silencio,
cronometra tu soledad,
bate tu récord de desesperanza...
... estira, calienta, una zancada más,
unos metros en carrera
hacia los sin sueños;
corredor de fondo,
corredor sin aliento...
... no pares, no hay meta,
sólo correr en la nada
de tu mirada.

Día 145

Declaración

... tú, inmaterial,
un sueño de la soledad...

... la razón de la espera,
del mañana, de un quizás...

... de mi sonrisa anhelante
dibujada en la esquina del viento...

... te quiero, palabras imborrables
en las voces de mi silencio...

Día 144

Furgoneta PEACE

Años sesenta,
flowers and peace,
el ayer en mi hoy,
un viaje al antaño
de miradas soñadoras,
de manos abrazadas,
danzas desenfrenadas,
psicodelia... rock,
el poder del amor,
love you, por siempre...
años sesenta
en el hoy del olvido,
en el mañana de la esperanza.

Día 143

Brotes

Soy naturaleza... mitad ciudad.
Soy un sueño... mitad soledad.
Brotando entre dos miradas;
de asfalto,
donde mis pisadas son invisibles,
donde mis caminos son silencio;
de hierba,
donde crecen mis deseos,
donde juegan mis mañanas.

Día 142

Pasos de baile

Pasos, giros,
un baile; abrazadas
las miradas en las manos,
en el reflejo de los ensueños,
en el ronroneo que las notas
transfiguran en el silencio.

Día 141

Verja y sombras

Verja y sombras
sobre el asfalto
encerrando las pisadas,
las miradas soñadoras,
los deseos del caminante;
te atrapan, te juzgan,
y te encarcelan en el ayer
de una voz olvidada,
de un recuerdo deshecho
en los jirones de la piel,
de un sueño resquebrajado
entre manos falsas.

Día 140

Hormigueros

Frenesí,
paso tras paso.
De sueño en sueño,
recolectando.
Inquietantes miradas,
curiosas las manos.
Guardad mis palabras
en la profundidad del ayer,
en alacenas de olvidos,
en las voces del silencio.

Día 139

La huerta

Después de las horas
quedará el ayer
germinando en las miradas,
después del ayer
quedarán las memorias
creciendo en su olvido;
campo abonado
para los recuerdos.

Día 138

Soledad y muerte

Es soledad, abandono,
olvido... es muerte.

Son esperas sin llegadas,
cielos sin deseos,
voces de silencio.

Quizás, sea una mirada
dormida, un vuelo
con retorno, un sueño.

NO... es muerte,
relojes sin saetas,
tiempo de vacíos;
es soledad,
es abandono...
es la muerte en el olvido.

Día 137

Reflejos

Son reflejos cromados
distorsionando una mirada;
a ras de suelo los sueños
que ansían su libertad,
el viento que va puliendo
sus murmullos, un eco
en abrillantada imagen,
un momento impregnado
entre las manos fugaces...
reflejos en espejo curvilíneo
que el olvido de las pisadas
deja en el asfalto,
reflejos distorsionados
que las horas alargan y abandonan.

Día 136

La pasarela

Nubes en la pasarela
desfilando entre las miradas
que las moldean en sus sueños;
dime qué ves, qué deseo anhelas,
qué irrealidad quieres;
dime qué ocultas tras tu mirada,
tras tus manos, tras tus mañanas;
nubes en desfile, pasando de largo,
olvidándose... riéndose de ti.

Día 135

Trenes

Están varadas las miradas
en vías intransitadas,
congeladas en el tiempo
olvidado del ayer,
en la podredumbre del abandono
de un viaje a ninguna parte;
pasajeros que dejaron sus sueños
en vagones destartalados,
que dejaron sus caminos
oxidándose en las horas muertas.

Día 134

Escaleras

Escaleras de luz
alzándose en reflejo
hacia... ¿el cielo?
Una mirada objetivada,
engañada en transparencias;
un reflejo de realidad ficticia,
capturado en engaños encristalados.

¿Dónde el paisaje?
¿En las miradas?
¿En las manos?

¿Dónde las escaleras?
¿Dentro o fuera?

¿Dónde la luz?

Día 133

Saxo

Dos manos en clave de blues,
dos manos rasgando la noche;
un saxo reflejado entre sueños,
un saxo brillando entre miradas.

Bailan los dedos entre clavijas
en estridentes melodías,
olvidando al silencio,
abandonados en notas.

... dos manos acariciando las voces.
... un saxo acariciando los ecos.

Día 132

Zapatillas

Abandonaron su camino,
sus huellas no fueron imborrables;
viento y lluvia,
tormenta y olvido.

Abandonaron sus pisadas
en la tierra de asfalto;
viento y lluvia,
tormenta y olvido.

Abandonaron su andar,
su carrera entre sueños;
viento y lluvia,
tormenta y olvido.

Día 131

Enrejado

Apenas un atisbo de jardín,
un trocito de paraíso
entre la fría ciudad,
un desgarro en el gris,
en el cemento, en el hierro
de los enrejados sueños;
apenas un soplo de viento
vapuleando soledades,
apenas un haz de luz
iluminando miradas.

Día 130

Ventanas y farola

Dos miradas en el abandono
que dan a ninguna parte,
ciegas en su pasado;
una mirada sin luz
que alumbra el olvido,
ausente en su sueño.

Día 129

La claraboya

De abajo a arriba
gotea la ciudad
en días sin  lluvias,
de abajo a arriba
asoman las miradas,
de abajo a arriba
se pierden las voces
en el viento,
de abajo a arriba
caen los cielos
en el suelo del silencio.

Día 128

En el banco

Una cinta,
unos auriculares,
un banco,
un lugar para guardar
vidas, instantes, silencios.

Dejaré descansar las horas,
que reposen de sus caminos,
de sus abandonos en las esperas;
y escucharé a través de los minutos
vagabundos cómo pasa el ayer,
cómo se enquista el pasado,
cómo se alejan los recuerdos.

Una cinta,
unos auriculares,
un banco,
un lugar para olvidar
vidas, momentos, miradas.

Día 127

Andares

Quizás, mi andar
sea un instante reflejado,
atrapado entre rejas
encarcelando los caminos,
entrevisto en los huecos
de una mirada fugaz.

Quizás, mis andares
sean reflejo de los instantes
que el silencio silencia,
sean cárcel de las miradas
desorientadas y perdidas,
sean fuga en los caminos.

Quizás, mi andar
sea un sueño soñado,
capturas de las manos
inquietas, ávidas;
quizás, sea sólo imagen
que el olvido va olvidando.

Día 126

Guitarra

Música que envuelve
las manos, acariciando
la noche en aterciopelados
sonidos, en notas que fueron
silencio, que son ahora
instrumentales voces,
que son música entre
las miradas; manos y cuerdas
rasgando la noche, manos
y cuerdas impregnando
la piel... un ensueño.

Día 125

La bicicleta

Pedaleos blancos
sobre asfalto negro;
camino recorrido
entre el silencio,
entre las lágrimas,
entre la última mirada
y el adiós, el adiós
de las manos despojadas
de sus caricias, del beso
último de la mañana;
el adiós del viento,
el adiós de los sueños...
pedaleos en blanco,
asfalto en negro.

Día 124

Pies

Pies sin rostro,
sin nombre ni caminos;
pies encallecidos
con el polvo de la soledad,
del silencio, del abandono;
pies de asfalto
en una ciudad de olvidos,
en una calle sin miradas.

Día 123

Astillas

Roídas las voces
en los silencios,
deshechos los ecos
en astillados abismos,
sólo quedan aguas turbias
emborronando las miradas,
carcomas en las manos
en busca de una caricia.

Día 122

Barandillas

Ayer estaba la mar
que dejé en la mirada,
unas conchas reposando
entre dunas y salitre,
las olas y su espuma
revolviendo recuerdos,
memorias colándose
entre la arena y el viento;
hoy, es abandono,
es ciudad, es ruido,
es asomarse entre las rejas
que atrapan la soledad.