La Plaza
Tarde de mirada carmesí,
de silencio en las manos,
de espada y arena,
de capote y muerte;
en el ruedo, el vacío
que apuntilla el olvido;
en las gradas, la soledad
que desgrana la ausencia;
tarde de toros,
de clarines engarzados
en el adiós, de pañuelos
vitoreados en el ayer.
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