El hueso
No duelen las voces
fracturadas en el silencio,
ni las palabras desechadas
entre punzantes olvidos;
no duelen las miradas
perdidas, enajenadas,
ni las lágrimas dolientes
callando los abismos...
duele la soledad
que quiebra los mañanas,
que desmenuza en el ayer
los sueños, las esperanzas...
la soledad doliendo
en los labios ajados,
la soledad rabiando
en las sonrisas mudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario