El árbol
Se secaron mis manos
sin proyectos ni palabras,
acabadas en su silencio,
sumisas en el abandono,
desarraigadas de sus memorias.
El viento las mecerá hasta su derrumbe,
hasta que mueran en la soledad,
hasta que su olvido se convierta en polvo.
Este árbol... mis manos... terminarán
agonizando en el asfalto de la ciudad,
sucumbirán entre miradas de invierno.
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