Después...
Después de la cosecha
queda el abandono,
un erial de espera,
la sequedad de la tierra
que embebió sus esperanzas;
quedan los surcos ajados,
vacíos y sin semillas,
destrazados en su dolor,
en su olvido, inertes;
queda la mordiente soledad,
la desnudez de la nada,
el silencio convertido
en terrones sin vida;
después de la cosecha
quedan las manos caídas,
las miradas sin sueños.
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